20/03/2012
Durante estos días que comportan la experiencia mercedaria en la Congregación, nos hemos detenido en exponer el Proyecto misionero de Haití, viendo los antecedentes que causaron la gran catástrofe nacional con el terremoto que se desencadenó en enero del año 2010.
Han pasado ya dos años y el proyecto ha sido cristalizado con la construcción de un internado.
La proyección educativa a favor de esos niños que sufrieron la pérdida de sus seres queridos, han encontrado el calor y el apoyo de unas Hermanas que serán para ellos ángeles de paz en su niñez, adolescencia y juventud. El corazón de toda Mercedaria, se conmueve con la tragedia y el dolor que padecen los seres humanos. Le duele el alma ver desamparados, desnutridos, solos, abandonados a los niños que deambulan por las calles. Tanto ellas como nosotras, hemos estado empeñados en esta campaña de solidaridad.
Hemos visto los paisajes por donde circula la vida, tiendas de campaña albergando a la población, sendas transitadas por Hermanas sin miedo ante el peligro. Todo un desafío en busca de mejoras por el bien de la población haitiana. Las zanjas abiertas en la dura tierra, han servido para la cimentación de una obra benéfica a favor de unos niños que sonríen ante la vida. Los recursos de videos vistos en la pantalla digital, han facilitado adentrarse en un proyecto misionero de la isla caribeña llevado a cabo por nuestra Congregación mercedaria.
¡GLORIA A DIOS! Gracias a todos los que os habéis unido a este proyecto, con vuestro aporte económico. Desde lo más profundo del corazón:
¡MUCHAS GRACIAS!
