01/06/2016
Una sonrisa, un corazón, una flor… tantas cosas hemos compartido con nuestra Madre,la Virgen María, y con todas las personas del centro.
En el mes de las flores hemos tenido tiempo para Ella, le hemos pedido por nuestras familias, por nuestros anhelos, pero también hemos sabido dar las gracias.
Siempre presentes en este tiempo los niños que se acercaban por primera vez a Jesús, los niños que hacían su primera comunión, de ellos nos hemos acordado todos los días.
El último día hemos ofrecido a la Virgen nuestra labor y entrega… nuestro ser y nos hemos puesto a su servicio para intentar vivir como su hijo.