02/12/2014
Salimos el viernes 28 de Noviembre después de comer, y en algo más de tres horas nos plantamos en Lugo. ¿Qué hacíamos allí? Pues no era a comer una mariscada, no, ni un pulpo a la gallega, sino a algo con más enjundia: acudir al V Campeonato Nacional de Pruebas Motrices, ahí queda eso.
El hotel era muy grande y nos gustó la decoración del vestíbulo con tanta alfombra y muebles antiguos. Nuestras habitaciones eran triples y muy espaciosas, no nos podíamos quejar.
Al poco de dejar el equipaje en el hotel, ya nos tuvimos que ir al polideportivo; éramos más de 200 personas, muchas de ellas dela misma Galicia, pero también de Valencia, Andalucía, Madrid, Toledo y de Castilla y León que ya eran viejos conocidos procedentes de Segovia, Palencia, Burgos y Zamora.
Nos regalaron dos camisetas muy chulas, una de color gris para llevarla el sábado, y otra roja para el domingo, y esto fue solo el principio de todo lo que vendría después.
La inauguración en el polideportivo, que estaba en el Campus Universitario, fue muy bonita, hubo muñeiras, el encendido del pebetero, y nuestra popular mascota de Special Olympics,la tortuga Carlota, que bailó con el público, animando a todos.
De vuelta al hotel otra vez, no quedaba más que cenar y dormir, que al día siguiente había que madrugar.
A las 7:00 horas toque de diana y bajar a desayunar, porque teníamos que volver al polideportivo para comenzar el Campeonato de Pruebas Motrices. Fue muy divertido y nos gustó todo: puntería en los aros y en el tiro a los bolos, equilibrio sobre un banco, encestar a canasta, chute a portería… vamos, un circuito grande que ocupaba toda la superficie del recinto, y además constantemente ayudadas por voluntarias y voluntarios, que según señala alguna, eran todos muy guapos.
Después de toda la mañana sin parar, nos llevaron al hotel a comer y luego, ¿adivináis? pues claro, a ver, qué otra cosa podría ser, ¡al polideportivo otra vez!, pero con gusto, oye. Había que comprobar si podíamos mejorar la marca de por la mañana, y aunque en algún caso sí se consiguió, en cambio en otros se bajó la puntuación, curiosamente. Pero no importa, se notó que le pusimos ganas.
Nada más terminar la competición acudimos al Programa de Salud de oftalmología, donde nos analizaron la vista con mucha paciencia un montón de profesionales muy agradables, que finalmente, nos regalaron gafas graduadas a tres de nosotras o bien una bonita mochila, a quien no las necesitó.
Al terminar la cena en el hotel tuvo lugar la esperada “Fiesta de los deportistas”, donde pusieron música y bebidas hasta las doce de la noche, bailamos mucho y nos fuimos a la cama con bastante sueño.
Finalmente, el domingo por la mañana, tras otro buen madrugón, iba a ser la entrega de premios yla clausura. Todoel mundo se llevó medallas por participar, nos aplaudieron, y además nos sacaron fotos para el periódico local. Terminaron con unos bailes, apagaron el pebetero. A una de nosotras, como deportista representante de la delegación de Castilla y León, le dieron una figura de la muralla de Lugo, que cedimos al delegado asignado de Castilla y León que nos representaba a todo el grupo.
Qué orgullosas y contentas estábamos con nuestras medallas, no queríamos abrocharnos el abrigo para que se nos vieran todo el tiempo, pero el frío nos obligó a hacerlo.
De regreso al hotel, y al terminar la última comida con una rica tarta de chocolate, se imponía la visita obligada a la milenaria muralla de Lugo, Patrimonio de la Humanidad, que estaba a sólo cinco minutos del hotel, así que nos dimos mucha prisa para verla, ya que teníamos que volver a Valladolid. Era preciosa, muy grande, pudimos subir al adarve, a echar una ojeada desde las alturas sobre la ciudad y su catedral, nos hicimos unas fotos, como podéis comprobar y vuelta otra vez corriendo hacia la furgoneta para regresar a casa.
Acabamos muy cansadas, pero también satisfechas y con ganas de regresar a Pucela City, a contar a nuestra gente la experiencia, y cómo no, a presumir de medalla.