29/09/2014
Tradicionalmente el arte y la cultura han sido ámbitos que han dejado fuera a las personas con alguna discapacidad. Quizás la falta de costumbre o los problemas de accesibilidad han sido las trabas más relevantes a la hora de incluirlos; por lo tanto, sacando el arte a la calle todos pueden disfrutar de su belleza.
A partir de este planteamiento el Museo de Escultura de Valladolid ofrece el Programa Callemuseo cuyo objetivo es el fomento del arte y la cultura desde una visión contemporánea y accesible a personas con discapacidad. Con este punto de vista todo el mundo puede disfrutar del arte y participar de la iniciativa; desde las personas inscritas en los talleres hasta las personas que paseen por la calle.
Todo esto parecía muy interesante por lo tanto nos inscribimos para participar en tres talleres de los muchos que se ofertaban.
Taller “Creación de jardines efímeros”. Responsable: Natalia Wirton
En este taller se pretendía unir la creación artística y la concienciación medioambiental a través de la realización de jardines en miniatura que animasen y humanizasen el entorno urbano, un poco árido y pétreo. Cada participante podía diseñar un pequeño jardín con gran variedad de materiales que allí se ofrecían, no había ninguna regla la imaginación era libre. Las participantes del Centro realizaron unos jardines muy vistosos y coloridos, los cuales quedaron expuestos y las personas que los vieron los valoraron muchísimo.
Taller “Lecturas compartidas y creación literaria”. Responsable: Isabel Benito.
El taller comenzó con la lectura y narración de historias y cuentos inspiradores para todos los gustos. A continuación se tomaba un objeto cotidiano como piedras u hojas para transformarlo a partir de la creatividad de las personas que pasaban por la calle.
Taller “De la arquitectura a la escultura”. Responsable: Fermín Blanco.
Pretendía acercar a los participantes al mundo de la arquitectura, escultura y sus relaciones. Se desarrolló a través del sistema Lupo que consistía en la composición de figuras mediante piezas básicas que admitían gran variedad de combinaciones. Por medio del juego se trabajaban conceptos arquitectónicos como la construcción de un arco. Este taller trataba de estimular habilidades de coordinación, memoria y sociabilidad. Las usuarias estuvieron muy emocionadas pues parecían verdaderas arquitectas con sus cascos de seguridad.
Las usuarias que participaron en estos talleres estuvieron muy motivadas y satisfechas pues realizaron trabajos muy diferentes a los habituales en compañía personas que no conocían. Se sintieron muy integradas y valoradas.
En esos talleres todas aprendimos a valorar un poco más el arte.